Cada vez que una puerta de nuestro hogar sufre un cierre repentino y aparatoso de alguna puerta, ese llamado ‘portazo’ supone no sólo una molestia ruidosa o un susto, sino que también supone todo un peligro. Por otra parte, a largo plazo pueden llegar a generar todo tipo de problemas en nuestras puertas y en el sistema de amortiguación de las mismas. Esto es muy común en las puertas de entrada a muchos edificios, ya que el continuo paso y el poco cuidado con el que se suelen cerrar, lleva a estropear los engranajes de las puertas con el tiempo.
En el presente artículo del blog de Cerrajeros Barcelona Ya queremos enseñarte algunos consejos para que evites ese molesto batir de puertas.
Portazos en el interior de la vivienda
La clave es conocer el ruido que produce la puerta y saber identificarlo correctamente. Si el ruido que produce la puerta al abrir y cerrarse normalmente y por nuestra acción es muchísimo, se puede solucionar aplicando un burlete de silicona o espuma para amortiguar el golpe de forma eficaz.
En cambio, si el ruido proviene de un resbalón al retraerse o porque genera cierres bruscos al impactar en el marco, puedes probar a cambiar tu cerradura por una cerradura especial de resbalón silencioso. Y por qué no, una solución que siempre ha funcionado: colocar cuñas y topes debajo de la puerta para impedir el movimiento que no quieras tener.
Portazos en el exterior de la vivienda
En esta ocasión, os comentaremos algunos aspectos interesantes sobre los portazos en exteriores. Estos suelen ser más habituales en lugares de trabajo, entradas de edificio o accesos a comunidades de vecinos. Al ser de paso habitual y tratarse de puertas que se cierran más a la ligera y con menos cuidado, es importante contar en ellas con un cierrapuertas.
Este cierrapuertas evita que cualquier puerta se cierre de forma excesivamente violenta sea cual sea la fuerza que se le aplique al cerrarla. Existen diferentes tipos en función de sus características. Los cierrapuertas ocultos, por ejemplo, van integrados en la puerta. Los aéreos son los más comunes. Llevan un brazo deslizante o articulado que permite amortiguar el portazo. Entre otros modelos nos encontramos con los asistidos, que realizan una apertura y cierre automático de puertas a través de un sistema eléctrico.
Por último, tenemos también los de pavimento, quizás los más versátiles o polivalentes. Vale para todo y tiene buenas características de fiabilidad, seguridad y es funcional. Es especialmente recomendable para puertas de cristal o puertas muy expuestas al público en, por ejemplo, locales comerciales a pie de calle. También en puertas en las que no hay mucho espacio disponible. El sistema va escondido debajo de la puerta, ahorrando espacio y ofreciendo mayor seguridad, así como una buena amortiguación de los portazos.
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